Piscis I Semana II
-Nacidos entre el
23 de Febrero y 2 de Marzo-
La Semana del Espiritual. Este período puede equipararse con los
años próximos a los ochenta del ser humano. En esta etapa del
crepúsculo de la vida, muchos reflexionan sobre los valores sublimes
o las metas espirituales. Algunos se vuelcan a la religión, otros a
una causa que encarna sus ideales más nobles. Conscientes de que ya
han vivido más que la mayoría, valoran la vida mucho más que antes.
Aspectos positivos:
Espiritual, sensual y sincero.
Aspectos negativos:
Hipersensible, irresponsable y catastrofista.
Valoras en gran medida los valores inmateriales de la vida. No es
que no sientas respeto por los negocios y por ganar dinero, o por
las habilidades necesarias en estos campos. Sin embargo, tanto si te
dedicas a las artes como a las finanzas, a la religión o a la
administración, te aplicas al trabajo con auténtica devoción,
elevándolo a la categoría de ideal. Tampoco puede decirse que
carezcas de una necesidad de expresión física o que no ames los
placeres de la mesa y la cama. En el centro de tu personalidad
existe una mezcla de visión espiritual y sensual.
Muchos Piscis I no consideran que la espiritualidad denote una
visión ascética que les exija cortar sus vínculos con el mundo
cotidiano. Por el contrario, como buscan el espíritu en todo lo que
los rodea, casi nunca necesitan rechazar las consideraciones
mundanas.
A menudo eres persona vivaz y divertida. Posees un aire juvenil que
oculta tu verdadera edad. No es raro que además te preocupes por las
cuestiones de salud. Cuidas tu cuerpo con el fin de aumentar la
duración y la calidad de tu vida. El deseo de hacer el bien, en el
sentido de mejorar lo cotidiano o el mundo en general, a través de
tu profesión, es una característica de los nacidos en este período
de Piscis. Por eso, contemplar errores o desastres que afectan al
medio ambiente es particularmente difícil para ti, que te sientes
concienciado y comprometido.
Tu faceta devota y servicial te impulsa a renunciar a tus deseos de
subordinarte a tus necesidades para complacer o beneficiar a otros.
En consecuencia, no es extraño que te conviertas en blanco o presa
de individuos más egoístas, que te consideran víctima fácil y una
fuente inagotable de comprensión, energía o dinero. Hacer ofertas
generosas y luego arrepentirse o resentirse de tales promesas puede
conducirte a discusiones y crisis emocionales.
Eres propenso a sentirte ofendido cuando otros no satisfacen tus
exigentes expectativas de la amistad. De hecho, colocas tan alto el
listón de tus relaciones que te condenas a la infelicidad.