MUY NOBLE Y MUY HEROICA
Con fecha 4 de abril de 1815 el Concejo de Zaragoza se dirige al rey, solicitándole que ratifique los honores otorgados a la ciudad y a sus habitantes mediante decreto de 9 de marzo de 1809. En el acta de la sesión que celebró el Ayuntamiento de Zaragoza el 25 de marzo de 1820 se hace constar que, mediante Real Provisión dada el 19 de marzo de 1820, se concede a la ciudad de Zaragoza el tratamiento de Muy Noble y Muy Heroica, y al Ayuntamiento el tratamiento de Excelencia.
MUY LEAL
Uno de los títulos propuestos por la Junta Central en 1809 fue el de Muy Leal, de lo que da fe un informe existente en el Archivo Municipal de Zaragoza. Se desconoce la fecha del documento de concesión, pero mal se podría utilizar desde entonces, si ésta no se hubiese producido.
SIEMPRE HEROICA
El 5 de marzo de 1838 los zaragozanos se echaron a la calle a repeler a las tropas de Cabañero. La noticia llegó a la Corte, desde donde se dio, en reconocimiento al comportamiento de los vecinos en la defensa de su ciudad, un Decreto en el que se reconocía de forma oficial entre los gloriosos títulos de la ciudad el de Siempre Heroica y se le concedía el privilegio de adornar el escudo de sus armas con una orla de laurel.
MUY BENEFICA
En 1885 hubo en España una epidemia de cólera que en Zaragoza se cobró 1.298 víctimas. Un Real Decreto dado en Palacio el 13 de junio de 1886, suscrito por el Ministro de Gobernación y por S.M. la Reina Regente doña María Cristina, reconocía la labor humanitaria y caritativa del vecindario de la provincia y de la ciudad de Zaragoza y autorizaba al Ayuntamiento y a la Diputación Provincial para que unieran a sus títulos el de Muy Benéfica y ostentasen en sus escudos de armas la Cruz de primera clase de la Orden Civil de Beneficencia.
INMORTAL
Aunque ya se había denominado a Zaragoza "Inmortal", no sería hasta el 14 de junio de 1908 cuando se le concediese oficialmente este título, cuando Zaragoza celebraba el I Centenario de los Sitios de Zaragoza. El rey, en el Palacio Arzobispal, residencia del monarca en Zaragoza, signó un Real Decreto en el que se concedía a la Ciudad el citado título.