La imagen representa a María vestida por una túnica hasta los pies, y ceñida por un cinturón con hebilla. La cabeza queda semicubierta por un paño largo permitiendo mostrar su cabello ondulado.
La Virgen sostiene al Niño con su brazo izquierdo. Niño que está desnudo y que sujeta con su mano derecha la túnica de su Madre. En la mano izquierda lleva un pájaro.
Todo apunta a que la imagen es fruto de una donación, por orden de la Reina Doña Blanca de Navarra, esposa de Don Juan II de Aragón, como consecuencia de haber sanado de una enfermedad que aquejaba la Reina y cuya curación se dice fue uno de los muchos Milagros atribuídos a la Santísima Virgen.
No es hasta el 27 de Mayo de 1642, cuando Zaragoza la proclama como su Patrona. En 1678 la nombran también Patrona de las Cortes de Aragón, extendiéndose así a toda la Comunidad Aragonesa.
En 1913 es nombrada Patrona de la Guardia Civil Española; en 1916 de Correos.
En 1984 el Papa Juan Pablo II, hizo escala en Zaragoza durante su viaje a Santo Domingo, para conmemorar el descubrimiento de América; es entonces cuando el Santo Padre la proclama Patrona de la Hispanidad (no de España).
Con respecto a la venida de la Virgen a Zaragoza, existen ciertos detalles que no están muy claros, e incluso según la versión contada, chocan entre ellos o se contradicen.
El más significativo es la hora, ya que varios autores indican que la Virgen se apareció al Apóstol a media noche, descendiendo de los Cielos rodeada por varios Ángeles.
Y, sin embargo, la hora del Ángelus, que parece ser la hora oficial, se celebra a las doce del mediodía, y que es, a la que hacen referencia otros autores.
Por otro lado, también choca la versión de que la Virgen descendió de los Cielos rodeada de Ángeles, cuando la historia afirma que estuvo en carne mortal antes de su asunción, y que es cuando se encontró con el Apóstol.
En cualquiera de los casos, lo que sí es bien cierto, es que la Santísima Virgen estuvo en Zaragoza para encargar que se levantase aquí su Iglesia.