El Puente de Hierro, también llamado Puente del Pilar, visto desde la torre de la Basílica.
La ciudad de finales del siglo XIX crecía de manera espectacular industrialmente. Grandes empresas (alcoholeras, azucareras, metalúrgica, etc.), además de la gran afluencia de productos del campo que iban y venían de un lado al otro del río, crearon la necesidad de construir un nuevo puente.
La Estación de ferrocarril del Norte -hoy en desuso- en la avenida de Cataluña hacía pequeño el Puente de Piedra, y había que descongestionar ese núcleo. Además, no era cuestión de apurar el uso del Puente de Piedra, ya que su condición de Patrimonio Histórico y Cultural, exigía cuidarlo y evitar que con el uso pudiera ponerse en peligro su integridad y conservación.
El Puente de Hierro, cuando aún mantenía su color verde.
Inaugurado en 1895, el Puente de Hierro ofrecía una nueva imagen de la ciudad. Un segundo puente, proporcionaba además un signo de crecimiento y prosperidad.
Situado en la confluencia de la Avenida de Echegaray y Caballero con el Coso Bajo, tras cruzarlo nos plantamos en la Avenida del Puente del Pilar, nombre que recibe del propio Puente tras el desdoblamiento al que se le sometió para adaptarlo al tráfico rodado mediante dos nuevos vuelos o estructuras, de forma semicircular, y construídos uno a cada lado del original.
Éstos nuevos vuelos son los que reciben el nombre de Puente del Pilar, mientras que el central, peatonalizado, conseva el nombre de Puente de Hierro.
El motivo para su desdoblamiento, fue como consecuencia de un uso muy intenso del Puente de Hierro. Por él cruzaban numerosos vehículos pesados (camiones, tractores agrícolas, además de una línea de trolebús -que ya no existe desde hace muchos años-), y una cada vez mayor afluencia de turismos.
Esto provocó un rápido deterioro en su estructura, la cual corría peligro de derrumbamiento. Se procedió por tanto, a construir, (en la segunda mitad del pasado siglo XX) dos puentes paralelos (uno para cada sentido de circulación) para uso del tráfico rodado. La antigua estructura, tras ser reparada convenientemente, quedó, como se ha dicho, sólo para uso peatonal.
No siempre ha mantenido el mismo aspecto. En sus inicios el Puente estaba pintado de color Gris. Luego se le dio color Verde, y por último, en el año 2010 se procedió a pintarlo de color mixto, Azul y Blanco.
El Puente de Hierro, durante el proceso de pintado en el año 2010.
Es de carácter obligado el mantenerlo en óptimo estado, ya que a pesar de su joven presencia en Zaragoza, se trata del Primer Puente construído en la Era moderna; por consiguiente, también es un Monumento a conservar.
En la actualidad, Zaragoza cuenta con varios puentes más. Modernos y emplazados en los puntos donde la ciudad más ha crecido. Así tenemos el Puente de Santiago, que se encuentra en la confluencia de la Av. César Augusto con Echegaray y Caballero, y que fue el tercer puente levantado en nuestra ciudad.
Después le siguieron los del Tercer y Cuarto cinturón, el puente de la Almozara, (aprovechando el que antiguamente utilizaba el ferrocarril) y finalmente el Puente del Tercer Milenio, obra nacida de cara a la exposición internacional Expo-2008.