
Basílica del Pilar
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Una estampa muy peculiar de Zaragoza se descubre a medida que nos acercamos a la ciudad.
Ya a lo lejos, desde cualquier carretera, destaca de entre sus edificios una silueta tan conocida como querida:
Basílica del Pilar de Zaragoza
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Sus inconfundibles 4 torres que rodean a la gran Cúpula Central, se recortan en el horizonte para invitarnos a llegar al Templo y visitar a la Santísima Virgen.
Hay que decir que se trata de un monumento barroco.
Las altas Torres, (de cerca de 70 metros de altura) rodean a la gran Cúpula central; que a su vez, está contorneada por otras diez cúpulas menores, las cuales conforman la cobertura del conjunto.
El diseño original, (1681) se le atribuye a Felipe Sánchez, contando con la intervención posterior de Francisco de Herrera (el Mozo).
El interior de corte neoclásico, destaca en primerísimo plano la Capilla de la Virgen construida en 1765 y decorada en estilo italianizante según Ventura Rodríguez.
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Basílica en el año 1809
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Conseguí esta antiquísima imagen de la Basílica del Pilar. Se trata sin duda de un gráfico o dibujo, pues la fotografía aún no se había inventado, ya que data del año 1.809
La incluyo aquí a título de curiosidad y a modo comparativo de la Basílica a día de hoy.
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Imagen de la Virgen.
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La imagen de Nuestra Señora, de finales del Siglo XIV, queda emplazada sobre una Columna de Jaspe, recubierta de bronce y plata.
Se asegura que es la misma en la que María se apareció en carne mortal al Apóstol Santiago.
Esta Columna recibe el nombre de Pilar, y por extensión se aplica al conjunto global de la Basílica.
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Las cúpulas que rodean a esa Capilla cuentan con pinturas de los hermanos Bayeu y Goya, del cual la más sobresaliente es la que, en la Cúpula de San Joaquín, representa a Santa María como Reina de los Mártires (Regina Martyrum).
Otras partes decoradas por el genial artista aragonés son la bóveda del Coreto y cuatro pechinas más.
El Retablo Mayor es obra de Damián Forment, quien lo realizó en 1509 en estilo gótico renacentista, plasmando figuras y escenas, esculpidas en alabastro policromado, que representan la vida de la Virgen y la presentación de Jesús en el Templo.
El Coro, con reja renacentista y grandiosa sillería, fue realizado entre 1544 y 1548 por Nicolás Lobato, Esteban Obray y Juan Moreto.
La Sacristía cuenta con piezas de inestimable valor.
Un ascensor lleva a lo alto de la torre situada en el ala noroeste de la basílica, procurando bellas panorámicas de la ciudad.
Es habitual cada hora del día, (Desde las 9:00 hasta las 20:00), emitir un canto que se escucha a través de unos altavoces, y oído desde un amplio perímetro en torno a la Basílica. Este cántico es una Oración que conmemora la aparición de María en Carne Mortal al Apóstol Santiago en su peregrinar por la Península para la conversión de gentes al Cristianismo; el canto realizado a las Doce de Mediodía, recibe el nombre de Ángelus.
Este cántico, con voces de los llamados Infanticos (Niños cantores que visten un clásico hábito, que son, a su vez, ayudantes en la Capilla de la Virgen) y cuya letra dice así:
Bendita y alabada sea la hora, en que María Santísima, vino en carne mortal a Zaragoza... a Zaragoza...; Por siempre sea, por siempre sea, bendita y alabada.
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Bombas sin estallar.
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En la historia de Zaragoza, a la Basílica del Pilar, por intervención de la Santísima Virgen, se le otorgan numerosas Obras Milagrosas.
La más reciente, y significativa al mismo tiempo, tuvo lugar en el transcurso de la Guerra Civil española. Durante uno de los frecuentes bombardeos a la ciudad, varias bombas cayeron sobre la Basílica; ninguna de ellas estalló.
Algunas de estas bombas están colgadas en las paredes de la Basílica, como recuerdo y prueba de este Milagro. Por supuesto que todas ellas desactivadas.
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Además de Basílica, posee los Títulos de Catedral y Templo.
El edificio preside la amplísima plaza de Nuestra Señora del Pilar, y puede afirmarse sin riesgo a equivocación, de que se trata del edificio más fotografiado de la ciudad.
Hay un dicho muy popular en Zaragoza a modo comparativo con la tardanza en terminar algo, que dice así:
Esto va a tardar más que la obra del Pilar.
El dicho tiene un justificado origen. Y es que el Pilar, no fue terminado completamente hasta comienzos del pasado siglo XX.
De la época romana, por desgracia, no se conserva nada de lo que allí hubo entonces; entre los años 1930 y 1940, se hicieron unas obras en la Basílica para reafirmar los cimientos. En aquella ocasión se descubrieron algunos restos de mosaicos romanos que, no fueron conservados. Y es el único dato que se tiene en relación a la época romana vinculada con el Pilar.
No dejes de pinchar en las fotos para verlas ampliadas en otra ventana.
Sin embargo, existe un detalle en la fachada del templo que resulta curioso, y, contradice esta falta de restos romanos: en la fachada que da a la plaza, existe un Tímpano de aire Jaqués encastrado en el muro junto a la puerta del lado este (Foto de la derecha), en la fachada que da a la Plaza del Pilar.
En el emplazamiento actual de la Basílica, se sucedieron una serie de construcciones religiosas; aunque eso sí, siempre en torno a la veneración de la Santísima Señora.
En sus orígenes, justo debajo de la actual Santa Capilla, hubo un pequeño y humilde recinto donde se veneraba una imagen de la Virgen que estaba sobre una Columna de Jaspe, que (repitiendo lo dicho anteriormente), la tradición cristiana vincula a la aparición de María en carne mortal al Apóstol Santiago, en ese mismo lugar, el dos de enero del año 40 de nuestra era.
Con este dato, sobre la fecha de su aparición en Zaragoza, no se hace razonable, bajo mi opinión personal, el que las Fiestas del Pilar tengan como día grande el doce de Octubre.
Hay quien afirma que esa Columna (forrada con bronce y plata para protegerla) es la misma que hoy se utiliza para sostener la Imagen de la Virgen.
Otros dicen que la Columna actual, es un Pilar de Mármol que sustituye a aquélla original.
Ante tal disparidad de afirmaciones, muchos nos hacemos una pregunta:
¿Qué Columna o Pilar besan los devotos detrás de la Santa Capilla?...
Durante el dominio musulmán de la ciudad, en torno al año 850, hubo una Iglesia en este lugar que atendía al servicio religioso de los mozárabes (cristianos que se sumaron al Islam, pero sin abandonar su fe cristiana). Este dato lo dio a conocer un monje que pertenecía al Monasterio de St. Germain-des-Prés. Este monje se llamaba Aimonio. Decir que el mencionado Monasterio, fue fundado en el siglo VI por Childeberto.
De aquella iglesia mozárabe no se conoce la existencia de resto alguno, nada más que la información de que existió.
El primer Obispo zaragozano que asumió este cargo tras la Conquista Cristiana (D. Pedro de Librana 1118), mandó construir una Iglesia dentro de los muros, de estilo románico, a la que se llamó Santa María la Mayor.
También, y al mismo tiempo, se agrandó el pequeño recinto que albergaba la Columna de la Virgen, rodeándolo de un Claustro envolvente.
Iglesia y Santuario se comunicaban a través de un póstigo abierto en la vieja muralla romana. Es decir, el conjunto estaba separado por la propia muralla defensora de la ciudad, por lo que tuvieron que abrir este póstigo para que ambos conjuntos pudieran comunicarse.
Parece ser que en 1130 esta Iglesia ya estaba terminada, ya que, el Primer Señor de la Ciudad, Gastón de Bearn, fue enterrado, según sus deseos, junto a la Puerta de la Iglesia.
A partir de la construcción de la Iglesia Santa María la Mayor, la devoción a la Virgen del Pilar fue en aumento. Y se sabe que en un documento que el Papa Bonifacio VIII redactó a finales del siglo XIII, concedía indulgencia a los que orasen en el Santuario los días de la Virgen, del Espíritu Santo, de Santiago, de San Miguel, de San Cristóbal o de San Martín de Tours.
Distintas placas conmemorativas de visitas especiales y actos señalados decoran la fachada junto a la plaza del Pilar.
Muchos peregrinos acudían a venerar a la Virgen.
La construcción de esta Iglesia, no contó con suficientes recursos económicos, por lo que el edificio se deterioraba con gran facilidad. Tanto, que amenazaba ruina. De manera que, ante la importancia que estaba adquiriendo por el número creciente de devotos, se decidió mejorar la construcción, reconstruyéndola de nuevo. Obras que fueron muy lentas y que concluyeron en 1515.
La expulsión de los judíos en 1492, permitió financiar esta reconstrucción con los bienes que los judíos tuvieron que dejar.
La reconstrucción del edificio quedó en estilo gótico-mudéjar, perdiendo todo ápice del románico.
Contaba con tres torrecillas adosadas al ábside poligonal y una robusta torre a los pies.
La Iglesia de Santa María la Mayor, fue derribada en 1718; y en esa fecha se inicia la construcción de la Basílica tal y como hoy la conocemos en su estilo barroco. La cual no fue concluída hasta la primera década del Siglo XX. De hecho existen fotos (no disponibles por mí) en las que aparece la Basílica sólo con dos Torres.
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Hay una placa más colocada en la misma fachada, que conmemora la inauguración de esta Torre, y dice así: La devota piedad de los fieles, unida a la del Excmo. e Ilmo. Sr. D. Juan Soldevila y Romero Arzobispo de Zaragoza, levantó esta torre en honor de la Santísima Virgen del Pilar. Año de 1907.
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