Título de MARQUÉS
Marqués procede de la palabra alemana "Marken" y con ella eran designados
aquellos nobles o jefes militares a los que se les encargaba el gobierno de las
"marcas" o fronteras.
A este respecto, hay que hacer constar que en tiempos de
Ludovico Pío, durante el siglo VIII, fue denominada como Marca Hispánica lo que
después sería el Principado de Cataluña.
En Francia, la región de Anjou era también una "Marca", porque estaba en la
frontera de Bretaña y sus Condes usaban la denominación de Marqueses.
Los Condes de Forcaldier eran también Marqueses porque gobernaban la Provenza.
Los Condes de Flandes eran también llamados indistintamente Marqueses.
Existieron también los denominados Marqueses Palatinos, cargos muy semejantes a
los de los Condes Palatinos.
Estos títulos honoríficos se otorgaban a aquellos
personajes que mantenían cargos de confianza en Palacio.
Hay autores que están
de acuerdo en que Marqués viene de una voz tudesca, pero cambian el "Marken",
por "Marchgraph", que se traduce como "Capitán de Frontera", compuesta de "March",
cuyo significado es límite o término, y de "Graph", que expresa Juez, Gobernador
o Capitán, aunque también se le da el significado de "Señor de Grandes
Territorios".
Se dice que en España el título de Marqués más antiguo que se conoce fue el del
Marquesado de Villena en el año 1.366.
Pero no son pocos los autores que
rechazan esta versión, es decir que el título de Marqués no se utilizó en España
hasta mucho tiempo después de la unificación de los Reinos de Castilla y León,
cuando fue instituido el Marquesado de Villena anteriormente citado, ya que
alegan que esta dignidad existía algunos centenares de años antes y que el Conde
Bernardo de Barcelona en el siglo IX y algunos de los de Urgel ya se titularon
Marqueses, como queda demostrado por escrituras y otros documentos que se
encuentran en el Archivo de la Corona de Aragón, especialmente en la época de
Wifredo "el Velloso".
En Francia hasta el año 1.505 no se concedió el título de Marqués y se hizo al
convertir la Baronía de Trans, en la Provenza, en Marquesado de Trans.
De acuerdo a la opinión de Covarrubias, los Marqueses eran, en realidad, Capitanes
de Fronteras, por lo que fueron llamados "Limitáneos".
Y esto es algo que
confirma Bañuls al indicar que los Marqueses fueron en su origen oficiales
encargados de la defensa de una frontera por lo que todavía se ve que los
Marquesados se encontraban siempre en los límites de los Reinos.
Lo que sucedió es que con el paso del tiempo se fue concediendo el título de
Marqués a determinados nobles por méritos ante la Corona o servicios prestados a
la misma sin tener en cuenta para nada el origen de la dignidad.
Al otorgar el
título de Marqués los Reyes solían acompañarlo de privilegios y propiedades con
vasallaje, una situación que permaneció hasta mediado el siglo XIX, en que los
Marquesados quedaron como meros títulos honoríficos.
Se tiene por cierto que la dignidad de Marqués está sobre la de Conde.
Tal cosa no se apoya en ninguna disposición legal y aún es contraria a la antigüedad,
donde se estimaba más, la concesión de Conde, que la de Marqués.
Fue a principios del siglo XVI cuando se comenzó a dar más prioridad del título de
Marqués sobre el de Conde.
En el Nuevo Mundo la dignidad más antigua de Marqués
es el de Valle de Oaxaca concedido a don Hernán Cortés, Conquistador y Capitán
General.
Esta dignidad le fue concedida por Carlos V con fecha 6 de julio de
1529. Le sigue en antigüedad el de Marqués de Salinas del Río Pisuerga, otorgado
al Virrey de Nueva España, don Luís de Velasco, en 16 de julio de 1699.
Queda por decir que, al principio, los Reyes fueron más bien parcos en otorgar
esta dignidad en España.
Fue Felipe II el que aumentó el número de los
Marquesados, y así lo fueron haciendo sus sucesores.
En el Imperio Romano ya se
conocía la dignidad de Duque.
Viene del latín "ducere", "ducendo" o "dux", lo
que significa conducir, mandar.
Los Duques eran, por tanto, los jefes de los
ejércitos.
Los emperadores romanos ya tuvieron Duques con jurisdicción civil y
militar para guarda y defensa de sus territorios.
De acuerdo a lo indicado por
Bastús, la dignidad de los Duques en España es muy anterior a los godos,
señalando que ya los había en tiempos de los romanos.
Pero añade algo que,
sinceramente, no podemos avalar:
Según él, mucho antes de la llegada de los
romanos y los cartagineses a España, ya existían los Duques en nuestro país, lo
que equivale a decir que los había en tiempos de los iberos, lo que nos parece
algo exagerado, pues es posible que existiese la función pero no la dignidad.
Que en la época visigoda existieron los Duques no cabe duda alguna; basta
recordar que, ya en tiempos del rey Wamba, existía el Duque Ranosindo.
Por tanto, esta dignidad proveniente de la época romana se conservó después de la
invasión de occidente por parte de los pueblos denominados "bárbaros".
El marqués de Santa Cruz, don Álvaro de Bazán, representado con armadura
toledana y gola, así como con el collar de la Orden de Santiago, entre sus dos
esposas, la primera, doña Juana de Zúñiga y la segunda, doña María Manuel.
Parece que, en época goda, los Duques gozaban de grandes privilegios como eran
tener porteros de maza, heraldos propios, y aún la de emitir moneda en sus
dominios.
En la historia de España, recurriendo a antiguos documentos,
encontramos que los primeros Duques fueron Severiano, Duque de Cartagena;
Favila, Duque de Cantabria, padre del rey don Pelayo; Teodomiro, Duque de
Auriola; Eudo, Duque de Guiena, que fue padre de la reina Muna, esposa del rey
don Fruela y Bera, Duque de Septimania.
En los primeros tiempos de la época
visigoda, los caudillos, generales y gobernadores se denominaban Duques, esta
denominación se convirtió más tarde, en el último tercio del siglo XVI, en
título nobiliario de gran honor y dignidad.
En su origen, la clasificación entre
Duques, Marqueses y Condes, se establecía así:
El Duque gobernaba una provincia,
el Marqués una frontera y el Conde podía regir una provincia, un territorio o
una sola ciudad.
En Francia los reyes mantuvieron cierto recelo ante el poder de
la nobleza y sobre todo de los grandes señores llamados Duques.
Al comenzar a
conceder título de dicha dignidad determinaron que las tierras erigidas en
Ducado, si el titular fallecía sin hijos, revertirían a la Corona.
En lo que respecta a Castilla y León, los reyes concedían rarísimamente este
título.
Primero fueron de por vida, pero después se convirtieron en
hereditarios.
Los primeros Duques nombrados fueron los de Benavente, al infante
don Fadrique, hermano del rey don Juan I de Molina, al célebre Bertrand
Duguesclin de Valencia, a don Juan, Infante de Portugal; de Medina Sidonia, al
Infante don Enrique, tío del rey don Enrique II; de Peñafiel, al Infante don
Fernando, hijo del rey don Juan I.
Con posterioridad, el de Villena, al Infante
de Aragón, don Enrique, casado con su prima doña Catalina, hermana de don Juan
I, Señor de Villena y el de Arjona, a don Fadrique de Castilla y de Castro.
Al título de Duque es inherente el de Grandeza de España, denominándose "primos del
Rey" y tienen el privilegio de poder cubrirse ante su soberano, de ahí su
denominación de "Caballero que se cubre ante el Rey", lo que no debe
interpretarse como que tuvieran, permanentemente, el sombrero puesto ante el
monarca, sino que podían ponérselo no sólo cuando recibían el título de Grandes,
sino cuando asistían a los actos en que lo recibían otros.
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