LA MERCED
El Padre Mariana, en su obra titulada "Historia de
España", dice "que se fundó la Orden de La Merced
para la redención de los cautivos, por iniciativa
del rey Jaime que, según algunos escriben, lo había
prometido durante su permanencia a modo de cautivo,
en Monzón".
Escudo cortado: primero, una faja en azur y
cargada con una cruz blanca; segundo, en campo de
oro cuatro palos de gules.
La Orden de la Merced
Sobre la fecha de la fundación de la Orden de la Merced existen varios
criterios.
No obstante, como dato indicativo, hay el muy revelador de la obra "Compendio
Historial de las Chronicas" y "Universal Historia de todos los Reynos de España",
escrita por el vasco Esteban Garibay y Zamalloa, bibliotecario y cronista del
rey Felípe II.
Dedica a la Orden de la Merced el capitulo 51 del libro duodécimo
donde señala que la fundación se llevó a efecto en unas Cortes de Barcelona, por
intervención de Peñafort, provincial de los dominicos y en lo que respecta al
fundador de la orden, escribe:
"El primer frayle desta Orden fue Pedro Nolasco, hombre viudo, venido de
Barcelona, en cuya iglesia catedral, el diez de agosto del año pasado de mil
doscientos y dieciocho recibió el hábito con grande solemnidad."
Coincidiendo con lo anterior, existe el testimonio de fray Gabriel Tellez (Tirso
de Molina), quien escribe que el primero que recibió el hábito de la nueva Orden
fue un viudo llamado Pedro Nolasco, de manos de fray Ramón de Peñafort, fraile
dominico, en la iglesia catedral de Barcelona y día de San Lorenzo y año de
1.218.
En una breve información explica que los nuevos frailes tienen la regla
de San Agustín y son cistercienses.
Queda finalmente el testimonio del padre Mariana, en su Historia de España.
En la citada obra se dice "que se fundó en Barcelona la Orden de la Merced para la
redención de los cautivos, por iniciativa del rey Jaime, que, según algunos
escriben, lo había prometido durante su permanencia a modo de cautivo, en
Monzón".
Si el rey fue el "inventor" de esta Orden, el primer director fue Pedro
Nolasco "francés de nación" quien hizo "muy buenas reglas y constituciones para
los religiosos que se gobernasen por ellas".
El dominico Francisco Diago incluyó en sus escritos información sobre la
intervención de Raimundo de Peñafort en la fundación de la Orden de la Merced.
En el capítulo segundo del libro noveno de la "Historia de la Provincia de
Aragón", llega a la conclusión de que Raimundo entró en la Orden dominica en
1.222 y, de acuerdo con eso, en el capítulo siguiente trata de "como el
bienaventurado San Raymundo se halló en la fundación de la Orden de Nuestra
Señora de la Merced y predicó en ella y dio el hábito al beato Pedro Nolasco,
primer general de dicha Orden".
Esta información se repite en la "Historia del B. Cathalán barcelonés",
con alguna cita más.
Casi nada se dice sobre el origen de Pedro Nolasco, salvó
lo que puede resultar en la siguiente afirmación indirecta de la "Historia de la
provincia de Aragón":
"Pedro Nolasco que era aficionadísimo a rescatar cautivos
y se había empleado en ello y para poderlo mejor hacer moraba ya en Barcelona".
¿Pero catalán o francés?
El debate sobre el lugar de nacimiento del fundador de la Orden de la Merced,
San Pedro Nolasco, comenzó a establecerse por el siglo XV.
Para unos, fue nacido
en la población de Mas-Saintes-Puelles, lugar situado entre Carcasona y Tolosa.
La hipótesis barcelonista surgió a raíz de la búsqueda de la identificación
documental de Pedro Nolasco:
La de su apellido.
No se encuentran rastros de este
apellido en el sur de Francia.
Por tanto, aunque originario de Francia, Pedro
Nolasco habría nacido en Barcelona, o en un lugar próximo a esta ciudad.
El estudioso A. Oliver afirma con bastante lógica que "Tot es insegur".
Lo que sí se sabe con toda seguridad es que en el momento de la fundación de la Orden,
Pedro Nolasco era "municeps" de Barcelona.
Sorprende que la fundación de la Orden, en la que tomó parte el rey Jaime I,
pasara en sus primeros tiempos casi totalmente desapercibida, a pesar de que en
el hecho tomara parte lo más distinguido de la nobleza barcelonesa.
Una Orden que, en los años modernos de la Evangelización americana se vio
colocada entre las tres o cuatro grandes Órdenes, viene a resultar que en sus
orígenes pasara como un hecho irrelevante del que nadie se dio cuenta hasta
bastante tarde.
Y la extrañeza aumenta si se observa que la Orden de la Merced
fue fundada por un rey que al mismo tiempo fue cronista y ocurre que en sus
Crónicas no aparece la más mínima referencia a la Orden.
Acaso la explicación se encuentra en que, a diferencia de la relevancia que por
aquel entonces tenían las Órdenes Militares, así como su influencia, pasara
desapercibida la Merced dado que la misma no ponía su esfuerzo en la política,
ni en la guerra contra los infieles, no buscaba poder civil o eclesiástico, sino
que su fin era piadoso-caritativo recolectando limosnas para obtener fondos en
la redención de cautivos.
Así la primera referencia a esta Orden se efectúa en
1.399 por el dominico Arnaldo Búrget en su obra "Vida sancti Raymundi".
En lo que se refiere a la estrecha relación de la Orden de la Merced con
Barcelona queda suficientemente reforzada con el escudo heráldico de la citada
Orden donde constan los colores de Cataluña, remontados por una cruz blanca
sobre campo de azur.
No obstante, hay que dejar muy claro qué, los colores que ostenta Cataluña, pertenecen de origen a la Bandera del Reino de Aragón, del cual, Cataluña fue Condado.
|